En la televisión no se emite cualquier producto audiovisual
bajo la etiqueta de serie. ¿Y en Internet? Hecha la ley hecha la trampa.
En el campo de las
series podemos encontrar dos grandes diferencias. Para emitir en televisión un
producto audiovisual bajo el nombre de serie, éste requiere de unas características
muy elevadas (buenos guiones, escenografía cuidada, dirección profesional, bordadas
interpretaciones). Si no es así, olvídate de conseguir minutos en la caja
tonta.
En cambio, en la red
es muy diferente. La libertad que esta proporciona es la misma que elimina, en
muchos casos, la profesionalidad de las series. Así pues en la red podemos
encontrar cualquier cosa llamada “serie”.
No es infravalorar el trabajo de estos videos (una
estudiante de comunicación audiovisual sabe que por muy pequeño que sea el
video siempre hay trabajo detrás), sino saber catalogar las cosas por lo que
son. Una webserie debe de tener unos ciertos niveles para que se pueda igual a
las tradicionales series televisadas y así crear esta fascinante batalla entre
televisión y red.
Si se quiere hacer competencia a la televisión se deben respetar las
normas del juego, unas normas que muchos no cumplen.
Aquí os dejo dos ejemplos de webseries que corren por
internet.